Detalles de boda en el Castillo de Santa Catalina , Málaga
Silvia y Mikaël viven en París, pero para su boda cambiaron las vistas a la Torre Eiffel por las del Mar de Alborán. Hace un año contactaron con nosotras para que les ayudáramos a organizar un enlace lleno de detalles y sabor malagueño y este es el resultado, del que nos sentimos orgullosas. Ella, española, pasaba sus vacaciones estivales en Málaga. Él, francés, ha caído rendido también a la luz de la Costa del Sol, tan distinta de la parisina.
Una de las dificultades, o mejor dicho peculiaridades, de esta boda, es que la mayor parte de los invitados se desplazaron desde París, por lo que había que contar con todos los aspectos logísticos como el traslado desde la iglesia al banquete.
La boda fue el 24 de junio, con ceremonia religiosa en la Iglesia de los Santos Mártires, una de las más antiguas y con más tradición del Centro de Málaga. La entrada de la novia en la iglesia fue muy emocionante, lo hizo del brazo de su padre y al son del violín de Naiara Castillejo. El resto de la ceremonia tuvo un toque muy andaluz gracias al Coro Rociero San Isidro. La novia estaba guapísima vestida por La Gioconda con un ramo de La Buganvilla. Bueno, ¡estaban guapísimos los dos!
La celebración se desarrolló en el Castillo de Santa Catalina, donde al entrar, los invitados se encontraban con un rincón compuesto por jarrones de diferentes alturas con flores, un bodegón de bienvenida con flechas y una mesa en la que, siguiendo la tradición francesa, los invitados podían depositar cartas a los novios en una urna de cristal.
En la zona denominada ‘La muralla’ del castillo se celebró el cóctel y al entrar a la cena cada uno de los invitados recibió una biznaga, un símbolo de la ciudad de Málaga que gustó muchísimo. Otro detalle que también fue todo un éxito fue el regalo que se hizo al finalizar la cena, una botellita de aceite de oliva.
En esta ocasión el seating no sólo estaba organizado por mesas, sino que cada uno de los invitados tenía su asiento asignado con un ramillete de paniculata y un cartelito con su nombre. La cena estuvo llena de momentos emotivos con discursos de los invitados y las damas de honor. ¡Fue tan emocionante!
La zona de baile estaba decorada con globos blancos de helio en el techo (Oleglobos) y nuestro carro de chuches para los novios disfrutaran de ese momento dulce. Para hacer más divertida la fiesta, se contó también con un fotomatón de atrezzo (Gofotomaton) y con esas fotos se fue formando un álbum lleno de mensajes para la pareja.
Una boda que fue todo un éxito gracias también a la ilusión y la alegría de los invitados que la hicieron más divertida si cabe. Gracias a Silvia y Mikaël por elegirnos, ha sido un placer compartir el camino hacia la boda y ese día tan especial con vosotros.
Y como siempre, gracias a nuestros proveedores: Masvisual para el vídeo y las fotos, La Buganvilla y Catering Lepanto. ¡De 10!