Septiembre es uno de los meses más escogidos para las bodas. El calor ya no es tan intenso y los atardeceres son espectaculares. Especialmente en un lugar como El Balneario que es donde se dieron el sí quiero Juan y Juan.
Pero vamos a empezar por el principio. Cuando los Juanes (así los llamábamos en la oficina), llamaron a nuestra puerta… ¡tuvimos un flechazo! Quedamos con Juan (uno de ellos), para tomar café en El Balneario y charlar un poco sobre la boda, y quedamos prendadas. Por aquel entonces la pareja vivía en Londres, uno azafato y otro fotógrafo, pero los dos decidieron casarse en Málaga, ciudad natal de uno de los Juanes.
Tanto la ceremonia como la celebración tuvieron lugar en El Balneario, (ya conocéis nuestra predilección por este espacio encantador para bodas). Los invitados, cuando llegaron, se encontraron una mesa con limonada y agua para refrescarse un poco, así estaban preparados para todo lo que les esperaba. Unos carteles los recibían al llegar al lugar de la ceremonia, a cada lado del pasillo central por el que entrarían los novios, hechos especialmente para ellos con frases en inglés y español del tipo: Sí quiero, Y comieron perdices… Ellos las eligieron entre varias propuestas y quedaron genial.
No nos faltaron las olas, que tuvieron un papel importante en la boda. Y es que una de las peculiaridades de El Balneario es que, si te quieres casar en el malecón, se corre el peligro de que una ola rompa y te mojes. Apartamos sillas para que nadie tuviera problemas, pero incluso así, cuando una de ellas rompía durante la ceremonia, a más de uno se le escapó un ‘uuyyyy’.
Quisieron entrar juntos, de la mano, aunque en el pasillo les esperaban sus madres, orgullosas, para llevarlos al altar como manda la tradición. Fue una ceremonia íntima, bonita, rodeados de amigos y su sobrina, Aina de Jean, que fue quien se encargó con su espectacular voz de amenizar la ceremonia. ¡Impresionante!
Tras la ceremonia los novios aprovecharon para inmortalizar con fotos algunos momentos, tanto ellos como sus familiares íntimos. Mientras, los invitados subían a la terraza de arriba de El Balneario, un barco con fantásticas vistas al mar, con parada previa en el seating que instalamos en honor de nuestro azafato, con un panel de salidas del aeropuerto.
La marcha nupcial recibió a los novios al cóctel, para una vez terminado, volver a bajar a la terraza que se encuentra a nivel del mar, donde estaba preparada la cena. Fue una noche fantástica en la que los novios bailaron al son de la canción ‘Volare’ de los Gipsy KinFue una cena espectacular, en la que regalaron un ramo a cada una de sus madres y después Aina cantó para todos unas cuantas canciones para terminar la cena. Además, para que nadie pasara frío al lado del mar, regalaron pashminas a sus invitados.
En el interior del salón de El Balneario se celebró la barra libre, antecedida por un vídeo que les preparó la familia y que hizo que todos se emocionaran. Un broche de oro a una boda inolvidable.
Por nuestra parte, queremos dar las gracias a todos los que trabajan codo a codo con nosotras para que todo saliera perfecto: El Balneario, Esencia Floral, Alfonso DJ y Peggy&Co.
Y a nuestros Juanes… ¡qué deciros! Fue un placer ser partícipes de nuestro dí y ver lo felices que estábais con los vuestros, con los que queríais estar. Nos encantó veros disfrutar de todo, ¡que os vaya bien chicos! Un besazo.