¿Cómo no nos va a gustar nuestro trabajo cuando trabajamos con bodas tan bonitas como la de Alejandra y Jorge? Éstos se dieron el sí quiero el pasado 28 de octubre en La Cabane, el Beach Club de Los Monteros en Marbella.
Pero empecemos por el principio. Cuando comenzaron con los preparativos de su boda, Alejandra y Jorge nos visitaron para encargarnos la organización integral de su gran día. Así que… ¡sacamos la varita mágica y nos pusimos manos a la obra!
El primer destino elegido fue Cádiz, un destino que les encanta y al que se escapan siempre que pueden, pero por motivos logísticos finalmente nos desplazamos a Málaga, y tras la visita a La Cabane (Beach Club de Los Monteros), lo tuvieron claro: ¡Este es nuestro sitio! Justo la respuesta que buscamos siempre en los novios.
La ceremonia civil tuvo lugar ahí mismo, en la orilla y con unas vistas espectaculares del mar y una decoración basada en el color azul, con hortensias de este tono en el pasillo y en el arco, sin olvidarnos del ramo de la novia. De todo ello se hizo cargo La Buganvilla, incluyendo los prendidos de Jorge y los testigos y como siempre, ¡el resultado fue de 10!
También tenemos que hacer mención a los dos vestidos, espectaculares, que lució Alejandra. El primero, de estilo flamenco, diseñado por Vicky Martín Berrocal, y el segundo, de YolanCris.
Uno de los detalles más especiales llegó al final de la ceremonia. Recordamos que, en una de nuestras conversaciones, Jorge nos dijo: “no me apetece que se tiren pétalos y arroz al final de la ceremonia como en todas las bodas, qué nos propones”. Y lo que hicimos fue poner conos con romero y lavanda, hechos por nosotras, y así no sólo variamos, además aportamos un aroma especial al ambiente. ¡Cada detalle cuenta!
Nolasco, amigo de la pareja, puso música a la ceremonia con preciosas canciones como ‘Los vientos del Magreb’, ‘Futuro imperfecto’, ‘Agua, aire y fuego’ y ‘Volveré’. Una vez terminada la ceremonia y tras hacerse fotos con familiares y amigos, los novios aprovecharon para escaparse a la playa para hacerse nuevas instantáneas y a la vuelta, Nolasco volvió a cantarles. Esta vez, el tema elegido fue ‘Las cosas pequeñitas’. A propósito, del reportaje se encargó Doncel y Alcoba.
Para celebrar la boda se organizaron dos cócteles, uno justo después de la ceremonia y posteriormente el principal, en la zona de la piscina. La entrada, por la puerta principal, estaba decorada con las iniciales de los novios y un precioso bodegón con hortensias que, junto a las camas balinesas del Beach Club, quedó genial. A estos hay que sumarle el efecto de los globos gigantes en la piscina. ¡Espectaculares!
La zona se dividió con mesas altas y bajas para que todo el mundo pudiera sentarse, además de puestos de sushi y arroces y los aperitivos que pasaban. ¡A todos les encantó cómo quedó todo!
Una vez terminado el cóctel, tanto los invitados como los novios pasaron a la barra libre donde les esperaban sorpresas. Ellos, al contrario que en muchas bodas, prepararon un vídeo precioso dando las gracias a todos por acompañarlos y con el que se escapó más de una lagrimita.
Pero hubo más. Para el baile, uno de los amigos de Alejandra y Jorge les regaló una canción mítica, ‘Estoy tan enamorado’, interpretada en directo por el hijo de Manzanita.
Había más sorpresas reservadas como los regalos de los novios a los invitados: alpargatas, pashminas y aceite Finca La Torre Selección.
La Cabane instaló una mesa de chuches espectacular y tampoco faltó el libro de firmas. Como les encanta la música, les propusimos crear un rincón con discos de vinilo que pudieran firmar los invitados, una forma distinta de conservar esos recuerdos. El photocall incluyó un fotoglam que fue el centro de atención durante toda la barra libre. ¡Un día inolvidable!
Y sin duda, no lo habría sido sin la colaboración de profesionales como los de Beach Club La Cabane, La Buganvilla, Eventoshop, Doncel y Alcoba, Fotoglam y Letras y Bodas.
En cuanto a vosotros Alejandra y Jorge, ¡sois una pareja no de 10, de 20! Una de las cosas que más nos gustó de vuestra boda fueron las miradas, las que os lanzábais el uno al otro, vuestro entendimiento y complicidad. Estamos felices por haber participado y acompañado desde vuestra primera visita a nuestra oficina al día de la boda. Sois ante todos dos chicos encantadores y hemos aprendido de vuestra sencillez, gracia, simpatía… Por todo ello tardaremos muchos años en olvidar la boda de cuento que habéis conseguido materializar. ¡Gracias!