Parece una decisión menor a la hora de celebrar una boda, pero de su elección depende en gran parte el éxito de vestido y el look nupcial. Hablamos del ramo de novia.
¡Y hay tanta variedad! Por eso os vamos a dar unas cuantas claves para elegir el que se adapte mejor a nuestra boda. ¿Preparadas?
Lo primero que tenemos que hacer es elegir la forma de nuestro ramo, teniendo en cuenta factores como el vestido, los complementos, el entorno y la época del año. Pero también, y especialmente, la figura de la novia. Así, los expertos recomiendan ramos alargados, de tipo cascada en el que las flores caen en forma de lágrima invertida o ramo con tallos largos recogidos y apoyado en el brazo, para las más altas. En el caso de que la novia sea más bien bajita, aconsejan los de tipo bouquet, recogidos.
Por supuesto, tiene que haber un flechazo a la hora de elegirlo, más allá de las tendencias, que dejan de un lado los ramos más compactos y clásicos y apuestan por composiciones desestructuradas, de esas que parecen solo un montón de flores del campo recogidas en el momento pero que tienen un montón de trabajo detrás.
Las tendencias dicen que se lleva el olivo, los claveles, los colores vivos como los sorbete pero suavizados con blanco o beige, los tonos grises, los ramos comestibles (con bayas) y los detalles metalizados.
Todo ello unido a un detalle emocional. ¿Has pensado en reproducir el ramo de tu abuela o de tu madre? ¿O emplear flores en función de su significado? Eso es lo que hizo la Duquesa de Cambridge que llevaba unos pequeños claveles conocidos en Gran Bretaña como Sweet William.
Y teniendo en cuenta las flores de temporada, porque igual estás soñando con casarte con una determinada flor que solo se da en una época del año. Nosotras te podemos ayudar, poniéndote en contacto con los mejores floristas, aportando ideas… ¡tendrás un ramo perfecto!