Llegó el momento de sentaros, coger boli y papel o incluso crear una tabla de excel con el título ‘BODA – lista de invitados’ ; es en ese preciso momento cuando empiezan un montón de preguntas y dudas típicas a la hora de organizar una boda. ¿Invito a mucha gente? ¿A mis compañeros de trabajo? ¿A compañeros de estudios? ¿A los primos, tíos…? ¿En qué momento corto?
Por eso hoy os ayudamos a confeccionar esa lista respondiendo a una serie de preguntas:
¿Cuál es mi presupuesto?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el presupuesto con el que contamos para la boda. Porque de él dependerá el número de invitados que podemos tener. Tenéis que adaptaros al presupuesto y al tipo de evento que queréis hacer. Evidentemente, con el mismo presupuesto si hacéis un cóctel probablemente podáis invitar a más personas que con un almuerzo o cena sentados, depende de que lo queráis.
¿Cuál es el aforo del lugar en el voy a celebrar la boda?
Algunos establecimientos tienen un aforo limitado, por eso al elegirlos condicionan la lista de invitados. Cuando contratéis el lugar de la celebración tened claro el número aproximado de invitados que llevaréis, para así no tener problemas.
¿Quién invita, nosotros o nuestros padres?
Vosotros sois los novios, es vuestro día y vuestra es la decisión final de a quién se invita y a quién no a la boda. Eso no quita que vuestros padres puedan aportar invitados a la lista, pero la decisión es vuestra. Cuando los padres son los que pagan la celebración, acordad con ellos el presupuesto. Si invitan a personas que no conocéis y que no tienen relación con vosotros, pensad si queréis ceded en ese sentido, ya que serán ellos los que pagarán.
¿Cuánto tiempo hace que no le ves?
Aquel compañero de correrías de la facultad, los amigos del colegio, ex compañeros de trabajo… ¿Los invito a la boda? Si hace mucho tiempo que no mantienes contacto con esa persona es probable que la amistad se haya perdido e incluso que decline la invitación. Pensad en las personas a las que realmente queréis ver en vuestra boda, no en el qué dirán.
¿Invito a los compañeros de trabajo?
No debemos confundir a los compañeros de trabajo con amigos, o no a todos. Si no existe más relación que la propiamente laboral no tenéis por qué invitarlos a la boda. Otra cosa es que os apetezca compartir con ellos ese momento. En ese caso… ¡a la lista!
¿Qué pasa con el tío, la prima, la vecina…?
Si ni siquiera sabes qué cara tienen y cómo se llaman, si llevas años sin tener relación con ellos, no tienes por qué invitarlos. Deja a un lado el qué dirán e invita a las personas con las que realmente quieres compartir ese día.
Y sobre todo, pensad que es vuestro día, y que es imposible contentar a todo el mundo. Lo importante es que las personas que os acompañen, muchas o pocas, sean las que realmente queréis tener ese día a vuestro lado.