Hasta hace no mucho era algo que sólo se veían en las bodas anglosajonas. Ya sabéis, tipo Novia a la Fuga, El Día de la Boda o La Boda de mi Mejor Amigo. En ellas, las bodas no son cosa de un día, sino que incluían ensayos, comidas, cenas, sesiones de fotos… Era la preboda. Y ahora se ha implantado entre nosotros.
Tiene varias ventajas, como permitirte compartir con los más cercanos los últimos preparativos de la ceremonia, además de proporcionaros calma y diversión. También os da la posibilidad de adelantar en cierta manera lo que será el día de la boda, pero en petit comité.
Una de las actividades de preboda más de moda es el reportaje fotográfico previo, para el que además se suelen escoger escenarios naturales, y que os servirá para sentiros cómodos ante la cámara y tener un reportaje que anticipe el gran día. Nosotras además os proponemos aprovechar para pasar el fin de semana fuera y que de paso os relajeis disfrutando de momentos a solas.
En la preboda se enmarcan también las cenas con amigos o testigos, que pueden ser desde un picnic en la playa o en el campo a una fiesta temática, pasando por meriendas o barbacoas.
¿Cuándo hacerlas? Puedes optar por unas semanas antes de la boda en el caso de hacer el reportaje o iros de fin de semana, o justo antes. Esta opción es especialmente interesante cuando parte de los invitados son de fuera y los novios y sus familias deben ser anfitriones.
A propósito, desde aquí os lanzamos alguna idea en ese sentido, ¿qué tal una web de la boda en la que les deis pistas sobre dónde alojarse, peluquerías, planes para disfrutar del lugar de la celebración o sitios de interés? Seguro que os lo agradecerán un montón.