Suena aburrido, pero el protocolo nos puede servir de ayuda y guía al organizar la boda. Son normas dictadas habitualmente por el sentido común, la tradición, la cultura propia de cada lugar… que no son inamovibles pero sí útiles. Por ejemplo, para organizar la entrada de los invitados a la iglesia.
Los primeros en entrar deben ser la madrina y el novio, que esperarán en el altar la llegada de la novia. Tras ellos lo hacen la madre de la novia y el padre del novio, que se sentarán en los asientos reservados en las primeras fila para la familia, testigos, damas de honor y todos aquellos que tengan un papel participativo en la ceremonia.
En el caso de que se cuente con damas de honor, ellas serán las que anticipen la llegada de la novia, acompañadas o no por sus best men (el equivalente masculino formado por los amigos del novio). También serán las que se encarguen de colocar el velo y la cola de la novia.
Los pajes, niños pequeños encargados de portar las arras y los anillos, entrarán justo antes que la novia, que será la que cierre el cortejo con el padrino.
Una vez en el altar, se dispondrán la madrina, la novia, el novio y el padrino, normalmente de espaldas a los invitados y mirando al altar.
El cortejo de salida varía pero siguiendo un orden casi inverso. Primero las damas de honor y los best men, les siguen la madre de la novia con el padre del novio, después los padrinos y por último los pajes y los novios. Sin embargo, en países como México los novios son los que encabezan el cortejo de salida.
Eso dicen las normas, pero cada vez es más normal personalizar los eventos de modo que se pueden adaptar las entradas y las salidas a los deseos de los novios. Por ejemplo, llegando juntos a ceremonias civiles, o incluyendo en el cortejo a las mascotas de la familia.
Siempre que tengáis dudas podéis contactar con los servicios de profesionales como nosotras. Organizaremos el cortejo y tú solo tendrás que preocuparte de disfrutar de ese momento único. Hecho a tu medida.